Un Faro Espiritual en el Corazón del Nordeste Argentino
En las tierras que se extienden a 70 kilómetros de la ciudad de Corrientes, hacia Posadas, emerge un lugar sagrado que resuena con siglos de devoción y tradición: la Basílica de Nuestra Señora de Itatí. Cada 9 de julio, la festividad de esta Virgen, conocida como la Pura y Limpia Concepción, se convierte en un evento que une a comunidades de todo el Nordeste argentino (NEA) en un acto de fe y amor a la Madre de Itatí.
Historia que Resplandece
Fundado a fines de 1615 como una reducción franciscana, el pueblo de Itatí lleva consigo la esencia de una historia que ha evolucionado a través de los siglos. La imagen de la Virgen, confeccionada por guaraníes de la región del Guayrá, llegó de la mano de fray Alonso de San Buenaventura y fray Luis Bolaños, iniciando así una devoción que creció hasta convertir a Itatí en un centro de peregrinación.
La coronación pontificia en 1900 y la proclamación como Patrona y Protectora de la diócesis en 1918 marcaron hitos significativos en la relación entre la Virgen de Itatí y la comunidad.
El Templo Impresionante
El templo actual, cuya piedra fundamental fue bendecida en 1938, se erige como un testimonio imponente de esta devoción. Habilitado en 1950, la basílica menor se consagró en 1979, convirtiéndose en un espacio de dimensiones majestuosas. Con 2,800 metros cuadrados de superficie cubierta, sus 83 metros de altura albergan una imagen de la Virgen de Itatí de 7.50 metros.
Este templo, declarado Lugar Histórico Nacional en 1998 y Monumento Histórico Nacional en 1999, es más que un edificio; es el corazón espiritual del Nordeste argentino.
Peregrinaciones que Unen
Itatí se convierte en el epicentro de peregrinaciones durante todo el año. Desde San Luis del Palmar hasta Santa Ana, Paso de la Patria, y San Cosme, comunidades enteras se desplazan para conmemorar la coronación pontificia y la proclamación como Patrona y Protectora. La Peregrinación de la Juventud del NEA, que comenzó en 1980, reúne a diez diócesis en un acto masivo de fe en septiembre.
Renovación Espiritual en Silencio
El secreto de Itatí no solo reside en su impresionante estructura, sino en la hermosa imagen de la Pura y Limpia que reposa en su camarín. La devoción a la Virgen no solo impulsa peregrinaciones sino también una profunda renovación espiritual. Aquí, los fieles encuentran a Jesucristo a través de la Virgen María, experimentando la ternura de una Madre cuyo único deseo es que todos encuentren la gracia.
La devoción a Nuestra Señora de Itatí no solo es un fenómeno religioso; es el pulmón espiritual del NEA. En Itatí, las familias encuentran fuerza, las comunidades se construyen con ánimo, y la sociedad se inspira hacia la fraternidad y la justicia.
Cada peregrino que deja Itatí siente el envío, la convicción de mejorar, convertirse y compartir la fe. La certeza de que la Virgen María ha elegido quedarse en Itatí, bendiciendo a través de su imagen con rostro guaraní, se manifiesta en la vida cotidiana de los correntinos y habitantes del NEA.
En Itatí, el Magníficat de María cobra vida: “Todas las generaciones me llamarán feliz porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas”. Itatí es más que un santuario; es un faro espiritual que ilumina los corazones y guía a aquellos que buscan la paz y la gracia.
Itatí-Schoenstatt: Una Historia de Encuentros y Peregrinaciones
En las tierras del Nordeste argentino, específicamente a 70 kilómetros de la ciudad de Corrientes, la historia se teje con hilos de devoción y encuentros espirituales. Itatí, cuya población se trasladó desde su origen hasta el actual “Pueblo de indios de la Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí”, es un lugar donde la fe se entrelaza con la historia de su gente.
Desde sus orígenes, Itatí ha sido el hogar de la Virgen de Itatí, la Pura y Limpia Concepción, que ha brindado maternal cuidado a sus hijos a lo largo de los siglos. Los milagros, implorados por la intersección de la Virgen, han marcado la historia de esta tierra correntina.
La conexión entre Itatí y Schoenstatt se forja en el corazón de la identidad mariana del pueblo correntino. Desde la década de 1970, la tierra de Schoenstatt fue depositada a los pies de la tierna Madre de Itatí por un joven Héctor Pérez Olibrio, miembro futuro de la Federación de Presbíteros de Schoenstatt. La fecundidad mariana de la región permitió que la semilla de Schoenstatt encontrara terreno fértil.
En la “Tierra de María”, la Campaña del Santo Rosario de la Virgen Peregrina se extendió de manera fecunda, llegando a numerosos hogares y erigiendo ermitas en toda la provincia. Este río humano de peregrinos dio lugar al movimiento organizado en estas tierras, construyendo un sólido fundamento eclesial.
La identidad mariana del correntino se expresa vivencialmente en el amor a la Mater, dando origen a una historia de encuentros profundos. Con esfuerzo y un capital de gracias, la familia de Schoenstatt construye un nuevo trono de gracias: el Santuario Filial de Corrientes.
Así como en Itatí, la historia de amor con María se repite en “Tierra de María”, donde se construye el futuro Santuario. La tiernísima madre de Itatí, la Virgen de Schoenstatt, extiende sus brazos para llevar al niño Jesús a cada rincón de Corrientes y la región, transformando corazones y lanzando un mensaje de amor materno a toda la comunidad. Es en esta convergencia de devoción y construcción espiritual que Itatí y Schoenstatt se encuentran, uniendo a los peregrinos en una historia de amor y fe que perdura a través de los siglos.
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